Tacuarembó, Uruguay. 15 de setiembre de 2013

Bajo lluvias torrenciales conducimos por la ruta 26 que nos llevó de Melo a Tacuarembó. El cielo gris inundaba los campos, donde los arboles parecían luchar por mantenerse en pie, en medio de las correntadas de pasos y ríos crecidos.
Teníamos muchas expectativas por conocer la ciudad y sus alrededores, repletos de paseos y puntos de interés. Más de 150 murales y esculturas diseminadas por todo el departamento, lo consolidan como pionero en esta materia en el interior del país.
Cuenta con un Zoológico y la famosa “Laguna de las Lavanderas”, rodeada por un hermoso parque, donde se festeja la tradicional “Patria Gaucha”.
Cuenta la historia, que a este lugar llegaban lavanderas de todos los rincones de Tacuarembó con sus grandes atados de ropa y pasaban largas horas sobre la orilla de la laguna fregando para lograr limpiarlas. Hoy tienen una escultura en su memoria.
A 23 km de Tacuarembó se encuentra uno de los valles mas emblemáticos del país: “Valle Edén”
Surcado por el arroyo Jabonería, cuanta con fantásticos paisajes serranos, quebradas y vestigios de un pasado ferroviario.
Es famoso por su puente colgante, el Cerro Cementerio Indio y el museo de Carlos Gardel, el que lamentablemente no pudimos visitar, ya que por las lluvias el arroyo Jabonería estaba completamente inundado.
El Cerro Batoví (cuyo nombre significa “seno de mujer”), está ubicado a 25 km de la ciudad. Su imagen forma parte del escudo de Tacuarembó y fue declarado patrimonio histórico y cultural del departamento.
Por ultimo visitamos el balneario Iporá, a 7 km del centro de la ciudad. Allí, encontramos un lugar donde la mano del hombre supo acompañar la gracia natural del entorno. Dos lagos artificiales, zona de camping, cabañas, parado, piscinas son visitadas desde todos los alrededores por quienes buscan un lugar de relax en medio de la naturaleza y con todos los servicios.
En cuanto al cronograma de actividades, pese a nuestros esfuerzos de convocatoria hechos en todos los medios, las inclemencias del tiempo hicieron lo suyo. De cualquier manera nosotras nos las ingeniamos para “hacer camino al andar” y decidimos salir a las calles a hablar con la gente, concientizando y entregando folletería.

De esa manera Tacuarembó también se sumó. 

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