COLOMBIA: El riesgo es que te quieras quedar!

Y siguiendo el patrón que me viene pasando desde que crucé la frontera de Uruguay, antes de entrar en un nuevo país, la gente me habla de los riesgos y peligros que me esperan en ese país. ¿Será que realmente me guía un ángel o los informativos fenomenalizan las noticias y las cosas no son tan así?

A casi medio territorio colombiano recorrido les puedo decir que como dice su campaña publicitaria, "El Único Riesgo es que te quieras quedar"!

Si bien aún existen zonas "rojas" en las que se puede percibir el temor de los locales por la guerrilla, las carreteras colombianas están muy bien custodiadas por personal del ejército que cada pocos kilómetros están a un lado de la ruta dando el OK con el pulgar hacia arriba, y asegurándose que puedas transitar con toda la tranquilidad.

Al llegar a Colombia, la cordillera de los Andes que me viene acompañando desde Tierra del Fuego, se divide en tres grande cordones, que forman un paisaje exquisito y diverso.
Selvas, valles con ríos caudalosos, playas paradisíacas, montañas,  y una calidad humana increíble.

Ese "cantico" tan entrador al hablar y la hospitalidad de los Colombianos me han hecho sentir como en casa...

Entré por la frontera que une Tulcán (Ecuador) con Ipiales (Colombia), y desde allí subiendo poco a poco ciudad por ciudad hasta llegar a Medellín. En cada lugar me han recibido amigos, y conocidos que nos esperaban abriéndonos las puertas de sus hogares y mostrándonos lo mejor de su país.
Así avanzamos subiendo y bajando montañas, pasando del frío intenso, al calor "berraco" de los valles, y descubriendo los detalles de sus costumbres.
Compartiendo, charlando y dejandome sorprender por lo que me depara el camino de este viaje sobre ruedas...