Provincia de MENDOZA, Argentina, 8 de noviembre de 2013

Llegué en la nochecita y me sorprendí por el tamaño de la ciudad y el gran movimiento que se veía por las calles del centro el viernes a la noche.
Previo asesoramiento en informes turísticos, al otro día comenzamos nuestro recorrido por la ciudad.
Mendoza es una provincia montañosa y árida, surcada por ríos con agua proveniente de los Andes. El hombre, con canales de riego, aprovechó este recurso y transformó la región en prósperos oasis para el desarrollo de vides y la elaboración de vinos en numerosas bodegas, que hoy conforman la conocida “Ruta del Vino”.
Mendoza capital es una ciudad hermosa, con varias plazas, peatonal y un enorme parque.
El Parque San Martín con sus 350 hás muy bien organizadas, se encuentra muy cerca del centro de la ciudad y ofrece un paisaje arbolado con los Andes de fondo además de las multiples atracciones que posee.
El acceso al Parque está enmarcado con gigantes portones escoceses que pertenecieron al sultán Rojo de Turquía, y unos metros más adentro unas estatuas de mármol: los Caballitos de Marley.
Dentro del parque se puede disfrutar del Rosedal, el lago (con más de 1000 m de largo), museo de ciencias naturales, teatro griego, zoológico y el famoso Cerro de la Gloria.
Allí subió la Charrúa hasta llegar al monumento hecho por el escultor uruguayo Juan M. Ferrari (1914) en homenaje al General San Martín y al Ejército de los Andes. Desde la explanada del cerro observamos una espléndida panorámica de la ciudad.
Eñl centro de Mendoza está determinado por la Plaza Independencia (desde donde sale la peatonal Sarmiento), y 4 plazas equidistantes que la rodean (España, San Martín, Italia y Chile).
También dimos un paseo por la Plaza Pedro del Castillo, donde se encuentra el museo área fundacional donde se alojan las ruinas del Cabildo de 1749, entre otras.
En diagonal a ella se encuentran los restos sobrevivientes al terremoto de 1861 del templo jesuita (Ruinas de San Francisco) que albergó la imagen de la Virgen del Cármen de Cuyo.
El lunes a las 5 am nos levantamos, y después de llenarle el tanque a La Charrúa, salimos a hacer uno de los recorridos más destacados de la zona: el de “Alta Montaña”.
Enamorada del paisaje y manejando por rutas muy bien cuidadas, no pude dejar de deslumbrarme con la perfección de los viñedos y el sello de los Andes nevados que ponían el broche de oro a la postal de Mendoza.
Llegamos al Valle de Potrerillos con su lago azul y las casitas de ensueño.

Más adelante y subiendo a unos 2000 msm nos encontramos con otro valle, el de Uspallata. Completamente distinto pero no por eso menos hermoso que el de Potrerillos. Dotado de grandes contrastes entre el verde de sus pinos y alamedas, el rojizo de la tierra y de las rocas, y el blanco nevado de la montaña.
Ya a 2720 msm, visitamos el “Puente del Inca”, donde el Río Cuevas  ha horadado la montaña formando un puente natural a cua vera afloran aguas termales. Los sedientos termominerales de color ferruginoso lo convierten en un paisaje irreal y único.
A tan sólo 3 km de allí, se encuentra el Parque Provincial Aconcagua. Esta imponente montaña, con sus 6962 m, posee la mayor altura de América. Su nombre proveniente del quechua, significa “Centinela de Piedra”, o del aymará Aconcagua “Monte Nevado”.
Pudimos caminar por su base, unos 4 km hasta llegar al “lago espejo” que devuelve la imagen del Aconcagua, y a la Laguna de los Horcones, donde es imposible no maravillarse de ese gigante y la energía que se siente a su alrededor.
San Rafael: 11/11/13 Manejé unos 230 km desde la capital por la Ruta 40 y luego la 143, visitando las poblaciones de Tunuyan y San Carls, hasta arribar finalmente a la ciudad de San Rafael.
Con alrededor de 160 mil habitantes, esta ciudad es un centro turístico con excelente infraestructura y servicios.
Siendo la segunda ciudad más importante de la provincia, además de sus numerosos atractivos para la práctica del turismo aventura, cuenta con más de 80 bodegas en sus alrededores.
Una de las tradicionales bodegas es “La Abeja”, cuyo dueño Bianchi es considerado el padre de la vitivinicultura en San Rafael.
Días antes de arribar a la ciudad, establecí contacto con la asociación ALCEC, para poder realizar con ellos una de las actividades de Se hace camino al andar.
Así fue como apenas aparqué a la Charrúa en la puerta de la asociación, salieron a recibirme y de inmediato, llamadas van y vienen, la sede de ALCEC se llenó de gente y periodistas que querían entrevistarme.
Entre las personas de la Comisión Directiva conocí a2 señoras alemanas que fueron mis ángeles de la guarda durante mi estadía.
Roswitha (72) que me abrió las puertas de su hogar y corazón haciéndome sentir realmente en mi casa, y estuvo pendiente de cada detalle tratándome como una reina.
Anneliese (92), es una mujer con una fortaleza admirable y una luz que alumbra a todo el que la conoce.
Tan activa y agiornada a pesar de su edad que es un ejemplo de mujer, y a su lado compartimos y visitamos varios de los paseos de la ciudad, incluso hasta un concierto de un coro francés que se presentó en la famosa Champagnera de la fundación Bianchi, hasta pasada la medianoche.
Ya hospedada en la casa de Roswitha, al otro dóa fui invitada para acompañar a las mujeres de CROM (Centro de Rehabilitación de Operadas de mama) a un paseo por Las Leñas.
Ubicada a 70 km de Malargue, Las Leñas es un moderno centro de esquí invernal, con 65 km de pistas esquiables. Si bien llegamos fuera de temporada, uno no puede dejar de deslumbrarse con sus magníficos paisajes y modernos hoteles enclavados en el valle que se forma entre las montañas, a las cuales se accede por sofisticadas aerosillas.
En el camino, hicimos una parada para conocer los “Pozos de las Animas”. Según cuenta la leyenda los pobladores originarios huían de sus vecinos beliciosos y en un momento de la escapada dejaron de escuchar al enemigo. A la mañana siguiente encontraron que sus cuerpos yacían gimiendo dentro de este gran pozo.
Es una formación donde el terreno se fue hundiendo. Mide 200 m de diámetro y el espejo de agua dulce tiene 80 m de profundidad.
Almorzamos en el hotel Lahuenco, que está dotado de aguas termales que brotan de forma natural a distintas temperaturas.
Como no podía ser de otra manera, antes de regresar a San Rafael, me di un baño de inmersión en una de estas piletas de 40º C, para aflojar la tensión del viaje.
Con Roswitha como guía, al otro día conocí las bellezas naturales que rodean la ciudad de San Rafael.
El Dique “Los Reyunos” abastecido por el Río Diamante, cuyas aguas escasean en esta época debido a la poca nieve.
El hermosísimo Valle Grande a orillas de las aguas del Río Atuel que descienden a gran velocidad formando un paisaje ideal para la práctica del rafting. Ubicado a tan sólo 20 km de San Rafael, es un lugar repleto de campings y hospedajes para los turistas que desean tomar un descanso y disfrutar de la paz y la naturaleza.
El viernes 15 de noviembre realizamos una concurrida caminata desde la sede de ALCEC hasta llegar a la plaza San Martín donde compartimos un rico helado con mis nuevas amigas.

Con el corazón lleno de amor e infinitamente agradecida por toda la gente maravillosa que conocí, el domingo a la mañana partí rumbo a Las Grutas. 

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