Puerto Madryn 20/11/13: Conducioendo
por la ruta 3 que bordea la costa del Atlántico sur (la misma que me va a
llevar hasta Ushuaia), llegué a Puerto Madryn.
La ciudad se extiende a lo largo
de 5 km frente al mar. Con una costanera muy bonita y 7 balnearios de aguas
turquesas muy disfrutables.
Apenas entrada en Madryn me
sorprendió la gran cantidad de turistas extranjeros que caminaban por sus
calles. Todos llegan en busca de su principal atractivo: las ballenas!
A 17 km de la ciudad se encuentra
la Peninsula Valdés, que es un área natural protegida donde se avistan las
famosas ballenas, lobos de mar y pingüinos.
Entre los meses de junio y
octubre, la ballena franca austral llega a esta región para aparearse y
alimentar a sus crias. Durante estos meses es muy probable poder avistarlas
desde los acantilados de “El Doradillo” o desde Puerto Pirámides desde donde
salen las excursiones en barco para poder vivirlas más de cerca.
Lamentablemente, a finales de
noviembre, ya no llegué a verlas desde la costa.
En su lugar, maneje unos 14 km
hacia el sur para llegar a Punta Loma. Esta reserva tiene 1700 hás de paisaje
árido, acantilados junto al mar y extensas playas de piedras.
Allí camine por un sendero
interno hasta llegar a un balcón natural donde se observa el apostadero de
lobos marinos de pelo. Esta especie abundante en esta zona, son de color pardo
oscuro y las hembras se diferencian de los machos porque tienen melena.
Ya recorriendo la ciudad, por el
Bvrd. Alte. Brown, llegué a la zona de Punta Cuevas, sitio histórico y base del
primer asentamiento Galés de Chubut. Estas cuevas cavadas por los colonos,
fueron las primeras viviendas de Puerto Madryn y una de las más antiguas de la
Patagonia colonizada.
Luego, y a sólo unos metros
subiendo el boulevard, visité el monumento al indio Tehuelche. Desde allí se
oserva una vista panorámica única del Golfo Nuevo, la ciudad con sus playas y
los muelles.
En Puerto Madryn me encontré con
un viejo conocido, Marcelo Budiño, quien me invitó a su casa y compartí con él
y su familia una cena de despedida de la ciudad.
Punta Tombo: Ubicada a
unos 110 km al sur de Trelew se encuentra esta área protegida donde se agrupa
la mayor colonia continental de pingüinos magallánicos.
Realmente es un recorrido
imperdible! Llegué sobre el mediodía y al ingreso me encontré con un centro
explicativo de cómo se formó la región y la evolución que fueron teniendo las
placas tectónicas hasta formar los 5 continentes que hoy conocemos.
Luego un recorrido por la flora y
fauna que habita la zona, para finalmente ser trasladada en camioneta hasta el
inicio del sendero.
Comencé a caminar por esos
senderos admirándome a cada paso con el paisaje. Con el verde del océano
Atlántico, la tierra pedregosa repleta de hoyos que son cavados por los
pingüinos para hacer los nidos, generalmente protegidos por algunos arbustos
que les dan la sombra para hacer más soportable el calor del fuerte sol.
Entre setiembre y enero se reúnen
aquí más de 250000 parejas. Primero llegan los machos y luego las hembras,
entonces comienzan los corejos y disputas territoriales. Y aquí se quedan
empoyando sus huevos hasta que en noviembre, los bebés rompen el cascarón.
Tuve la fortuna de llegar justo
en ese mes, y de caminar entre los pingüinos que ni se inmutaron con mi
presencia, ni con la de los demás visitantes que curiosos no pudimos dejar de
fotografiarlos.
Muchos de los nidos aún ocupados
esperando a sus nuevas crias, y otros tantos protegiendo entre sus piernas a
los recién nacidos.
Fue una experiencia increíble
poder vivirlos de cerca, entre gaviotas y cormoranes que también circundan el
área.
Comodoro Rivadavia: Comodoro es una ciudad extensa
asentada entre la meseta y el mar. El área céntrica se encuentra al pie del
Cerro Chenque (212 m ) desde cuyo mirador se aprecia la mejor vista de la
ciudad.
Es considerada la capital de
petróleo ya que allí se encontró por primera vez el combustible en el país en
1907. Cuenta además con el parque eólico Antonio Morán, el más grande de
América del Sur.
Parece una ciudad “colgada” de
las laderas de los cerros, con barrios dispersos enclavados en el fondo de los
cañadones o alineados a la costa, nacidos como “campamentos” de la actividad
petrolera.
El relieve del paisaje es
abrupto, con arenosas mesetas que caen formando acantilados al mar. En el
perfil accidentado de la costa del Golfo de San Jorge las puntas penetran
profundamente en el mar, formando rocosas bahías, caletas y radas, donde
alternan playas de arenas finas o cantos rodados.
También integran el paisaje los
balancines, baterías colectoras y ductos de la actividad petrolera, y los
grandes molinos de viento para la obtención de la energía eólica.
La vecina villa balnearia de Rada
Tilly contrasta enormemente por su ordenada distribución con enormes y cuidadas
casas que disfrutan de la tranquilidad de la villa y de las hermosas playas de
arena que posee.
Limitada por Punta Piedras y
Punta del Marqués, esta villa ha sido escogida por gran cantidad de adinerados
petroleros para establecer su morada.
Allí también yo decidí hacer mi
parada en el camino y disfrutar de la costanera y de las impactantes vistas de
los miradores ubicados en Punta del Marqués.
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